lunes, 15 de mayo de 2017

El Afilador, Ander Izagirre




CARLOS VILLALBA GALÁN


EL CICLISMO, UNA RELIGIÓN ITALIANA: "El papa de Roma y los comunistas italianos se enfrentaban con bicicletas. Bartali recibió ayuda de la Virgen para ganar el Tour y evitar así una guerra civil. Los gregarios de Coppi decían que era como Jesucristo a pedales. Y la subida al santuario del Ghisallo es escenario de grandes carreras y de peregrinaciones masivas de cicloturistas: el epicentro de ese ciclismo italiano vivido como una religión" (Prólogo del artículo)


ANDER IZAGIRRE





¿Qué te llevó a escribir sobre el ciclismo italiano?

Últimamente voy a menudo a Italia. Visité algunos lugares de mucha tradición ciclista en Lombardía y en el Piamonte y me atrajo la preocupación que tienen por mantener viva la memoria del ciclismo: hay museos, santuarios, muchos libros, incluso las propias carreteras están a veces marcadas con recuerdos de episodios legendarios. Algunas historias me parecieron fantásticos: por ejemplo, el hecho de que exista una carretera (el Muro de Sormano) que se construyó exclusivamente para endurecer el Giro de Lombardía. El ciclismo deja huella en el paisaje italiano, y de manera literal.

¿Cuáles son las diferencias entre la afición y el ciclismo italiano y la afición y el ciclismo español?

No me gusta generalizar, pero creo que cultivan más la memoria, las narraciones, la leyenda en la que se van encajando las carreras y los ciclistas actuales: cada hecho actual tiene una dimensión extra, cada ataque, cada victoria, cada derrota encaja en la evolución de una leyenda que ya dura un siglo. También veo que la prensa deportiva italiana es más plural, que la Gazzetta dello Sport puede dedicar una doble página maravillosa a Tom Boonen, un extranjero, como previa a las clásicas de primavera. Tienen una cultura deportiva más variada, creo que no soportan un monocultivo del fútbol tan arrollador como en España.





UNA CARRERA CONSTRUIDA PARA CASTIGAR A LOS CICLISTAS: "El Muro de Sormano es una carretera de 1,7 km al 17,5% de pendiente media, construida en 1960 solo para que los ciclistas sufrieran más en el Giro de Lombardía. Se subió en tres ediciones, pero resultó tan terrible que lo abandonaron durante medio siglo. En los últimos años ha vuelto: no decide la carrera pero alimenta la leyenda" (Prólogo del artículo)

¿Crees que existe algo del espíritu de Torriani en alguna carrera actual?

Por supuesto. Él incluyó el Poggio en la Milán-San Remo, se atrevió a mandar a los ciclistas a las alturas del Gavia y al Stelvio en mayo, buscó carreteras nuevas... Quedan las exploraciones que él hizo y creo que también queda el espíritu de búsqueda y sorpresa. El diseño de las etapas del Giro es mucho más atractivo y variado que en otras vueltas.





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