CARLOS VILLALBA
Después de la falsa hegemonía estadounidense en el Tour de
Francia durante ocho años, comenzaba un ciclo de dominio español en la ronda
gala. Siete veces subió al primer cajón Armstrong y el tiempo dejó desierto el
palmarés durante el final del siglo XX y principios del XXI. Tras el texano fue
Floyd Landis, el ciclista de Pennsylvania, quien ganó en Paris. Este último
hizo trampas, pero no fue declarado desierto, sino que a posteriori sería Óscar
Pereiro, y en una oficina, quien pasó a formar parte de la historia del Tour de
Francia como ganador en el año 2006. Al gallego le seguiría Alberto Contador en
la que sería su primera victoria en una gran vuelta, y tras el ciclista de
Pinto, ganaría a lo grande, Carlos Sastre.
El estado de forma de Carlos Sastre estaba siendo envidiable. Tres podios entre Giro y Tour los tres años anteriores al Tour de
Francia de 2008 lo confirmaban. El culmen de ese trabajo constante llegaría a su
máximo esplendor un 23 de julio de 2008.
“En noviembre (2007), nada más ver el recorrido, le dije al
jefe, a Riis, que quería al equipo a mi servicio, y él me respondió: “Esperábamos
que nos lo pidieras hace tanto…” El Tour es la ilusión de mi vida y vengo a
luchar por lo máximo” (Carlos Sastre)
Aún así, las circunstancias de carrera no le colocaban en la
mejor situación los días previos a las etapas decisivas, pero si a su compañero
Frank Schleck. El equipo se presentaba como el más poderoso y con opciones para
llegar de amarillo a Paris, ¿pero quién?
“Hemos visto que el líder tenía dificultades y eso ha
permitido que Frank haya cogido ese maillot amarillo por el que tanto ha
luchado. Estamos contentos por tener el maillot amarillo y por tener intactas las
posibilidades en este Tour” (Carlos Sastre, dos días antes del Alpe d’Huez)
“El CSC se merece el maillot. Sin ofender a mis compañeros,
pero tienen el mejor equipo. Tendrán ahora que llevar el peso de la carrera y
vamos a ver cómo salen de esa” (Cadel Evans, dos días antes del Alpe d’Huez)
Así estaba la general la víspera al Alpe d’Huez...
…y así las sensaciones de Carlos Sastre.
“Mañana quizá sea la
última oportunidad para intentar desbancar a Evans y Menchov de cara a sacar
algo de tiempo antes de la última contrarreloj. Estoy detrás de Evans y tengo
que recuperar tiempo. No tengo miedo para hacerlo, pero lo tengo que hacer. La
general lo es todo. Si no he atacado hasta ahora es porque he decidido
jugármelo todo a la carta de Alpe d’Huez. Otros años me he desperdigado en
demasiados ataques. Para ganar el Tour hay que atacar solo una vez y llegar
hasta el final” (Carlos Sastre)
“Habíamos pensado en ese tipo de ataque en el autocar. La
idea era que el que se encontrara mejor de los dos y se diera cuenta de que
podía marcar las diferencias, atacara sin pensárselo. Había que atacar desde
lejos en Alpe d’Huez porque sabía que tenía que sacar mucho tiempo con respecto
a Evans de cara a la crono del sábado. Era mi única oportunidad y la he podido
aprovechar. Elegimos mantener un ritmo regular e ir aumentándolo hasta el
comienzo de la última subida y allí acelerar. Me vi capaz de hacerlo, vi que
todos iban justitos de fuerzas porque la Croix de Fer se subió muy rápido,
tanto que casi me quedo, y quería marcar mi ritmo. Sabía que si arrancaba desde
abajo y me iba solo podía subir a mi propio ritmo, algo fundamental para un
escalador. Normalmente, un buen escalador es capaz de aprovecharse de esta situación
y eso es lo que he hecho. Se dice que es difícil disfrutar cuando se sufre,
pero cuando uno se da cuenta de que se está ganando tiempo sobre sus rivales
existe una gran satisfacción, ayuda a empujar hasta el final y a rodar lo más
rápido posible. Este equipo me lo ha dado todo. Mis compañeros han dado todo
para vivir este sueño, han sacrificado sus opciones de ganar. Todo el mundo
puede apreciar lo que ha sido capaz de hacer el CSC. Ahora me acuerdo de todas
las personas que han estado conmigo siempre, sin ellos no sería posible. Este
triunfo es de todos aquellos que han estado conmigo” (Carlos Sastre)
Así quedaba la general tras la etapa.
A pesar de la dudosa táctica, u obediencia, que mostraron
los hermanos Schelck, la alegría en el equipo era evidente tras la etapa.
“Esta mañana nos hemos dicho que había que hacer daño a
nuestro rivales, estábamos muy fuertes y hay que felicitarse por lo que hemos
demostrado. Lo hemos hecho bien, Carlos es líder, yo soy segundo y mi hermano
Andy tiene el maillot blanco” (Frank Schleck)
“Estoy muy contento por Carlos porque hacía mucho tiempo que
esperaba un momento así y ha trabajado mucho por ello” (Andy Schleck)
El director del CSC, Bjarne Riis, ante la posible rivalidad
entre los corredores de su equipo dejó zanjado antes del Tour la jerarquía “Nuestro
líder es Carlos Sastre” y tras la victoria en París confirmaba su decisión “¿Visto?
Ya dije yo que el más fuerte era Sastre”
De esta forma, Carlos Sastre nos regalaba una de las
victorias más bonitas que puede desear un aficionado al ciclismo. Solo con
aquella hazaña pasaba a ser uno de los corredores más importantes del ciclismo
español. No obstante, su alegría no se quedaría en el Alpe d’Huez.
“No sé si la ventaja que le he sacado (a Evans) hoy será
suficiente para llegar a París de amarillo, pero ahora no quiero comerme el
coco con eso. Ya veremos después si el tiempo habrá sido suficiente o no. De
momento me he ganado el derecho a disfrutar del maillot amarillo”
…y llegó a París de amarillo.
Fuentes: El País, esciclismo.
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