CARLOS VILLALBA
El
ciclista se dedica a trabajar en la carretera, pero siempre necesita de un
gregario en los despachos, alguien que le asesore. Del mismo modo, equipos y
organizadores buscan ayuda y consejo. Se forma así un triángulo entre estos
tres actores en cuyo centro se sitúan empresas, que como Velofutur, intentan facilitarles
el trabajo. La finalidad es que el ciclismo funcione, evolucione y que todas las
partes estén satisfechas.
¿Quiénes
formáis Velofutur?
Somos un equipo de
trabajo donde cada persona tiene su función y su responsabilidad, puesto que no
nos limitamos únicamente a representar corredores sino que somos una empresa
global de servicios especializada en ciclismo y que trabaja tanto con
corredores como con organizadores o equipos. La persona que mejor representa a
todo el equipo es Juan Campos, quien fue director de equipos ciclistas
profesionales.
¿Qué se necesita para ser un buen representante?
Lo primero y lo más
importante es pasión por el ciclismo. Y conocimiento de nuestro deporte. No es
simplemente mirar los resultados y decir que un corredor es bueno o malo. Te
debes apoyar en la experiencia, pero también en pruebas de esfuerzo y en grado
de profesionalización del corredor: no es lo mismo un chico que está estudiando
en la universidad que uno que vive por y para el ciclismo y que está haciendo
concentraciones en altura y entrenando por watios. Lo normal en estos casos es
que cada uno lleve un desarrollo diferente y eso es un detalle que también
debes analizar. En el fondo, debes saber y entender que no todos los corredores
son buenos para todos los equipos ni todos los equipos son buenos para todos
los corredores. Hay que analizar qué idiomas habla cada corredor, qué tipo de
calendario suele hacer cada equipo... y, por supuesto, hay que mantener abierta
una larga red de contactos internacionales, puesto que nuestro deporte es cada
vez más global.
¿De qué depende el éxito de un proyecto como el vuestro?
De la credibilidad.
Velofutur ha trabajado mucho en unos años complicados para conseguir la
credibilidad en el resto del mundo. Y esa labor ha hecho que tengamos ciclistas
en equipos que no hace mucho tiempo parecían vetados para corredores o para
empresas españolas.
¿Ha caído
ya el muro de la Operación Puerto para los ciclistas españoles?
Sí. Y esperamos que
pronto se vean ejemplos concretos de ello.
¿En qué momento decidís que hay un hueco laboral en la representación?
Es una decisión que
aparece casi por inercia. Juan Campos llevaba un equipo profesional y luego
estuvo al frente de un equipo amateur, Porcelanatto, por lo que era una persona
que vivía inmersa en el mundillo ciclista durante años. Finalmente, se acaban
esos proyectos deportivos y muchos de esos corredores le piden ayuda para hacer
realidad el sueño de ser profesional y así va naciendo esa necesidad de buscar
salida a los jóvenes con talento.
¿Puede un representante vivir solo de la representación en España?
En nuestro caso no
nos centramos únicamente en la representación de corredores sino que ofrecemos
nuestros servicios también a organizadores y equipos. Suponemos que sí se puede
vivir de ello. Pero es evidente que te exige un grado de profesionalización
altísimo.
¿Qué
ciclistas tenéis ahora en cartera?
La nómina es larga.
Pero sobre todo está bien estructurada: tenemos ciclistas en WorldTour, pero
también en categoría profesional y, los más jóvenes, todavía formándose en
amateur y continental. Es como una pirámide: necesitas una buena base para que
el día de mañana funcione la cúpula. Tenemos corredores más que consolidados en
la elite mundial como Rubén Plaza (Orica), Rafa Valls (Lotto-Soudal) o los
hermanos Herrada (Movistar), pero también trabajamos con ciclistas de Portugal,
Sudáfrica, Polonia, Gran Bretaña... En ese grupo de jóvenes que aspiran a
llegar a esa elite mundial destacaría a Hugh Carthy (Caja Rural-Seguros RGA),
quien creo que está siendo una de las revelaciones de la temporada.
¿Normalmente el corredor acude a vosotros o Velofutur busca a los
corredores?
De todo hay. Pero
nos gusta empezar a trabajar cuando son muy jóvenes y así que exista todo un
período de formación y de conocimiento mutuo antes de llegar a la elite. El
nombre de la empresa es también la filosofía: velo es bicicleta y futur es el
futuro con el que nos gusta identificarnos. Por eso la mayoría de los
ciclistas, la inmensa mayoría, empiezan a trabajar con nosotros siendo sub-23.
¿Representaríais a un ciclista del que no estuvierais completamente
seguros de que daría un buen rendimiento?
No. Es engañarte a
ti mismo, engañar al equipo y a largo plazo engañar al resto de tus ciclistas,
porque acabarán pagando esa mala elección. Esta profesión es de largo plazo. Si
no lo enfocas así, puedes tener un éxito rutilante en el corto plazo. Pero la
caída será más dolorosa. Hay casos muy evidentes de representantes que buscan
un rendimiento sólo económico y sólo en el corto plazo. Pero no es ni será
nuestra filosofía.
¿Cuáles son los límites que os ponéis a la hora de gestionar el contrato
de un ciclista?
El límite es
evidente: la ética. No entramos en esas historias de ofrecer ciclistas por
sueldos falsos para evitar el mínimo. Pero tampoco entramos en otras historias
igual de malas para el negocio y que han venido importadas de ambientes como el
del fútbol. Nosotros miramos a largo plazo y esos comportamientos poco éticos
van a tener consecuencias funestas. Es sólo cuestión de tiempo.
¿Cuál es la exigencia más común entre los equipos?
Exigencias no hay.
Lo que existe es un perfil demandado. Hay equipos que buscan sprinters. Otros
necesitan escaladores. Y tú debes adaptarte. Los equipos extranjeros, por
ejemplo, siempre te piden que el corredor hable inglés. Si no lo hace, es
difícil que se atrevan a ficharlo porque saben que la adaptación será lenta y
complicada.
El corredor os pide equipo y las mejores condiciones posibles, y los
equipos quieren que les paséis buenos corredores, ¿cómo se trabaja en esta
frontera entre dos clientes?
Lo primero que
debes tener claro es quién es tu cliente porque no es posible afrontar una
negociación con un conflicto de intereses.
¿Es un plus ser español y conocer España de cara a los equipos y las
concentraciones de invierno?
No. Este es un
deporte global y da la mismo ser español que de cualquier otro país. Lo
importante es tu credibilidad.
Hablando con Diego Milán, me decía que la falta de equipos no es tanto
por dinero, ya que un equipo ciclista no es tan caro, sino que es cuestión de
concienciar a la gente y vender bien un proyecto, ¿qué pensáis al respecto?
Cualquier reflexión
al respecto es siempre interesante. Pero lo cierto es que llevamos con dos
equipos (Movistar y Caja Rural) muchos años. Esperamos que se rompa ese número
este año y en 2017 podamos ver algún equipo más en la categoría profesional.
Ayer decía Javier Mínguez en la radio que a la hora de crecer para 2017,
necesitamos más dos equipos como Caja Rural que un equipo como Movistar. Se
refería y creo que es una reflexión acertada a que ahora mismo el pelotón
español necesitaría más tener un WorldTour y tres profesionales que dos
WorldTour y un profesional. Tiene razón Mínguez y es lo que antes comentábamos
de la pirámide. Tenemos sólo dos continentales, sólo un profesional y sólo un
WorldTour. Podemos seguir con un único WorldTour. Pero deberíamos completar la
pirámide con algún continental y algún profesional más para dar oportunidades a
los jóvenes sub-23. Hay talento pero debemos tener sitio para formarlo y la
categoría WorldTour no es tanto una división de formación como de exigencia
máxima. Sobre la reflexión de Diego Milán, es evidente que en algún punto nos
estamos equivocando. Puede ser en el coste, en la venta del producto o en la
inestabilidad de las normas. O en todo ello junto. O en otras causas bien
diferentes. Pero nos estamos equivocando.
¿Cómo es en España el nivel medio de conocimientos por parte de
corredores, equipos y organizadores de la parte administrativa del ciclismo?
La parte
administrativa necesita de un seguimiento diario, especialmente para los
equipos. Los organizadores y, sobre todo, los corredores pueden vivir un poco
más relajados en ese aspecto. Por eso Velofutur ofrece esos servicios a los equipos
y creo que estamos muy bien consolidados en ese apartado. Son muchos los
equipos que confían en nosotros y que saben que cualquier duda legal, la
solucionaremos y la aclararemos rápidamente.
¿Qué os pide un organizador cuando acude a vosotros?
Normalmente nos
piden buenos equipos y que puedan venir sin grandes dispendios. El problema de
España y Portugal, puesto que también trabajamos mucho con organizadores
portugueses, es que vivimos en un extremo de Europa. Y eso encarece mucho el
coste de los traslados. La gasolina que consume un autobús es un escándalo. Por
eso es lógico que cualquier carrera belga logre 25 equipos fácilmente y aquí
nos cueste mucho llegar a 18. El mérito que están haciendo los organizadores en
España y Portugal, sinceramente, no está siendo reconocido por nadie. Por eso
nos gustaría felicitar públicamente a todos los que pelean por sacar adelante
su carrera.
Vosotros debéis ir por delante de vuestros clientes en conocimientos para poder ofrecerles algo que no conocen, ¿es fácil esta tarea? ¿os apoyáis en gente externa a Velofutur?
Hemos sido pioneros en desarrollo de software para equipos, pero son proyectos que por su propia lógica deben ser confidenciales. Y seguimos pensando en proyectos diferentes que, evidentemente, también serán confidenciales. El ciclismo se ha tecnologizado. Nosotros colaboramos con una universidad española especializada en informática y nos gusta crear servicios para cubrir las necesidades. Nuestro problema ahora mismo es la inestabilidad. No es fácil desarrollar ideas cuando no sabes las normas que van a estar vigentes mañana. Es un periodo de reflexión.
Para terminar, ¿qué corredor en activo de un equipo continental creéis que sera “un gran negocio” como cliente por la proyección que demuestra?
A eso no podemos contestar por un motivo muy sencillo: los ciclistas jóvenes de equipos continentales necesitan humildad y trabajo. Lanzar grandes titulares y poner el foco de la atención mediática sobre ellos... muchas veces va a perjudicarles más que beneficiarles.
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