Mikel Zabala, Sheyla Gutiérrez y la psicología.

CARLOS VILLALBA

Sheyla Gutiérrez, además de ser ciclista profesional, es estudiante de psicología. Su conocimiento del ciclismo de alto nivel y su interés por las cuestiones de la mente hicieron que desde Ciclismo Sobre Letras le propusiéramos dejar por un momento la bicicleta para convertirse en entrevistadora. En el otro lado está Mikel Zabala, entrenador del equipo Movistar. El resultado de esta charla entre dos profesionales de las dos ruedas es una clase de psicología aplicada al ciclismo.

En el ciclismo, "por cada carrera buena, hay 100 malas". ¿Cómo debe soportar esa frustración un deportista?

No soy psicólogo, pero basándome en la experiencia como entrenador y como persona de las ciencias del deporte, es evidentemente que hay que asumir la realidad del deporte. Hay que ser realista y aprender, especialmente cuando uno no gana. Me gusta una frase que he oído a mucha gente pero que se la escuché a Jesús Herrada, dice así “unas veces se gana, otras veces se aprende”. No es el mero hecho objetivo de ganar una de cada cien sino, qué hago yo con esos resultados, cómo los reinterpreto para crecer. Hay que verlo como un proceso de construcción, donde es necesario ser autocrítico, realista, y progresar siempre para hacerse mejor deportista, y mejor persona.

Los comienzos son duros, los inviernos fríos, con entrenamientos largos y lejanos a la competición, ¿cómo motivarías a un ciclista a que empezara con entusiasmo su pretemporada?

Lo primero es establecer un plan de trabajo donde el guion tenga sentido y más objetivos. En pretemporada el objetivo puede ser por ejemplo hacer una arrancada de fuerza en pórtico con tantos o cuantos kilos, o progresar en el trabajo de Core manteniendo un ejercicio 15 segundos. Es decir, objetivos a corto y medio plazo para que exista motivación. Por otro lado, que haya variedad en el entrenamiento, que se hagan cosas que motiven y que gusten al deportista. Al principio puede hacerse trekking, natación, muchas cosas, pero no hay nada bueno ni malo en sí mismo, todo depende de lo que le guste al deportista y lo que necesite para progresar. Es cierto que hay veces en las que hay que trabajar cosas que a uno no le gustan. Por ejemplo, puede ser que a uno no le guste nadar y sin embargo sepa que le conviene hacerlo. No es un camino de rosas pero tiene que saber que se hace por algo y que va a conseguir alcanzar un objetivo. Otra cuestión importantísima, además de tener este plan y esos objetivos, y hacer las cosas de forma variada y motivante, es intentar rodearte de una grupeta de la cual no debes hacerte esclavo. Nunca debes depender de una grupeta, ni tienes que basarlo todo en la soledad si eso te acaba minando. Debes tratar de equilibrar tu trabajo individual específico con aquel que puedas hacer con un grupo. Un grupo con el que te lo pases bien, con el que compartas un montón de situaciones, un grupo afín y que te haga el día a día mucho más fácil. Entonces, la salida con la grupeta en invierno, el café con los amigos, la tostada, los chascarrillos, la convivencia con gente con la que estás a gusto es fundamental.

Cuando todo va bien, tienes una euforia que te parece llevar todo sobre ruedas. ¿Cómo canalizar esa emoción para elongarla en el tiempo? ¿O crees que es mejor dejarse llevar en cada momento?

Normalmente las líneas medias suelen ser más estables. Estar excesivamente motivado o poco motivado no es bueno. Es un poco como el peso corporal, no hace falta coger mucho peso en pretemporada, hay que comer bien siempre. De la misma manera hay que intentar modular los excesos y defectos de motivación. El venirse arriba, vulgarmente dicho, el dejarse llevar por momentos de euforia a veces nos hace perder la objetividad y nos puede hacer cometer errores. Hay que disfrutar de los momentos buenos, pero hasta un punto donde no se pierda el control. De la misma manera, cuando las cosas van mal no nos debemos dejar llevar por el pesimismo, al contrario, también hay que intentar modularlo para no ver el vaso ni vacío ni lleno, si a la mitad. En ocasiones lo verás medio lleno y en ocasiones lo verás medio vacío. Pero de cualquier manera siempre estará la palabra medio antes de los matices que se le den.

Con la bici pasas mucho tiempo fuera de casa. Hay gente, a la que se le hace pesado. Yo suelo invertir mi tiempo estudiando o leyendo, y disfruto de cada viaje. ¿Cómo matar esa ansiedad de viajar?

Cada persona es un mundo. A algunos les gusta más la soledad y a otros les gusta menos. Hay gente que sube al CAR (Centro de Alto Rendimiento) de Sierra Nevada y está tres semanas solo y lo lleva perfectamente, por ejemplo, a Luis Ángel Maté le encanta. Y hay otros que a la segunda semana saben que no van a aguantar más porque se les hace muy pesado. Las características individuales, la convicción y la motivación hacia la competencia propia, son fundamentales para poder soportar todo esto. Existen necesidades individuales diferentes y para hacerlo más llevadero cada quien debe modular según necesita. Bien busca una persona que le acompañe, bien tiene más contacto telefónico con la familia o allegados, lee o estudia, o de alguna manera regula el tiempo que sabe que puede soportar. También planifica cuanto tiempo es deseable que esté fuera, cuántas competiciones seguidas son convenientes que empalme o no, por ese desgaste no solo físico sino psicológico. Cada quien tiene que encontrar su propia receta según aquello que le haga sentir lleno o llena en este caso.

Hay una cosa que me mata en algunas competiciones, los nervios. ¿Cómo controlarlos?  Sobre todo, en persecución individual o por equipos en pista. Siento una presión, unas ganas de hacerlo bien, porque tienes que dar todo en muy poco tiempo, vaciarte al máximo, y cuando estoy en la máquina parece que me transporto a un mundo propio.

La ansiedad precompetitiva es uno de los factores que más influyen en el rendimiento de competición. Existen una serie de técnicas psicológicas para poder modular esta ansiedad y para poder controlarla. Es decir, hace falta un grado de activación mínimo pero no debe pasar de un máximo. Hay una ansiedad estado y una ansiedad rasgo. La ansiedad rasgo tiene que ver con la genética y la personalidad de cada uno. La ansiedad estado con esa situación particular que nos puede generar todavía más en función del contexto, de la importancia que se le dé a la prueba, si ha venido mi familia a verme, etc. Existen una serie de técnicas que se pueden trabajar con un psicólogo y ayudan a modularla, a controlarla. Consiste en disminuir el nivel de incertidumbre generando rituales, creando un clima particular donde nos abstraigamos del contexto, por ejemplo, colocarte unos auriculares en el calentamiento para abstraerte de la gente que te viene a motivar pero que a lo mejor en tu caso consiguen generarte un exceso de presión, o visualizar la competición en lugar de atender a agentes externos. Previo a la competición, focalizarte en determinados índices o cuestiones, en lugar de pensar o sobrepensar (overthinking). Este exceso de pensar lo que hace es quitarnos energía. Primero hay que ser consciente de lo que hay que evitar y de los pequeños detalles que nos ayudan a evitar ese tipo de focos negativos de exceso de presión. Hay gente que por eso le gusta calentar con auriculares, o visualizar el recorrido, o pensar en aspectos positivos, o repasar en su ritual de material y de cosas que hay que hacer antes de competición. Hay un abanico grande pero que como cualquier entrenamiento hay que individualizar y en cada caso es diferente.

¿Cómo preparas a los corredores psicológicamente para que se centren en su objetivo? (Las esperas se hacen ansiosas)

Una de las cuestiones es tratar de establecer objetivos intermedios. Muchas veces no son deportivos porque no hay competiciones, pero pueden ser un test de rendimiento o mantener un peso determinado. Hay que tener cuidado en particular con el tema del peso en ciclismo, y en concreto en las chicas. Llegar a obsesionarse con dar un peso puede llevar a problemas de anorexia o bulimia. Por desgracia, se dan casos de estos. Es cierto que hay que cuidar estos aspectos porque si no pueden llevarnos a no rendir bien. Pero el exceso de presión puede generar ese efecto rebote que al final el grado de ansiedad sea tal que nos lleve a un desorden alimentario y al final a un problema psicológico y físico. Como decía, hay que establecer objetivos intermedios, hay que motivar pasándolo bien y disfrutando el día a día, centrándose en el proceso y no tanto en el resultado. Eso es algo que se olvida. Cuando uno disfruta el proceso, el resultado es una consecuencia de este proceso, y generalmente se le da demasiada importancia al resultado y menos a este proceso de crecimiento. De ahí lo que decíamos antes, de una derrota hay quien ve una oportunidad de crecimiento y hay quien ve limada más aún su autoconfianza.

Un tópico, "Todos los ciclistas estamos locos". ¿Qué tipo de locura nos afecta y por qué? (risas)

Un ciclista, como cualquier otro profesional o persona que tiene un talento y que ha pasado una serie de filtros haciendo un buen trabajo, se puede quedar solo en eso si no hay esa locura. Más que locura lo llamaría vocación, lo llamaría superación personal, lo llamaría entusiasmo por lo que se hace. Es en realidad algo que nos gusta hacer, que nos motiva, y que pese a como decías, 99 “decepciones” por cada alegría, nos hace que el balance general siga siendo positivo. A pesar de lo duro que es el camino y de que muchas veces no se consigue lo que se pretende. En el foro interno de cada uno se sabe que solo aquellos que perseveran son los que acaban alcanzando objetivos importantes. Es una historia de lucha personal, de enfrentarte a situaciones y superarlas, una historia de superación personal que al final hace que nos sintamos realizados como personas. Hay gente que se siente realizada trabajando en la bolsa, pintando cuadros, ayudando en una ONG, o de muy diferentes maneras. La cuestión es que esa locura sea en positivo y sea la que nos haga crecer como personas y realizarnos como personas.

Muchas gracias Mikel. Un placer y nos vemos en la carretera!