El que escribe estas líneas tuvo la suerte de competir con la
entrevistada, Belén López. Han pasado aproximadamente veinte años desde
entonces. No sé si yo era uno de los niños a los que a ella le gustaba ganar,
pero si se que en alguna ocasión compartimos relevos. Quizás en aquella época no
cruzamos muchas palabras, y desde entonces no hemos vuelto a coincidir, pero hace
unos días tuve la suerte de hablar largo y tendido con ella. El resultado
de esa conversación sigue a continuación.
¿Qué valoración haces del año 2015?
El curso pasado estuve trabajando en Almería como profesora.
Empecé bien, entrenando con bastante ilusión, pero la distancia entre Almería y
el País Vasco, sumado a que desde marzo hasta junio tuve que subir todos los
fines de semana para correr se me hicieron pelota y caí en una espiral de cansancio de la que no podía recuperarme.
Salía los viernes a las 15h del instituto, cogía el coche dirección País Vasco,
llegaba a las 12h de la noche, corría el sábado por la tarde y el domingo por
la mañana, salía dirección Almería a las 15h y llegaba a las 12h de la noche.
Entre el café que me tomaba por la mañana, y el café que me tomaba por la tarde
para no quedarme dormida conduciendo, llegaba a casa sin sueño por la cafeína y
por miedo a quedarme dormida y no ir a trabajar al día siguiente. No dormía
nada esas noches. Cuando eso se fue haciendo pelota, todo empezó a ir hacia
abajo sin frenos.
Al acabar el curso escolar, con el cansancio acumulado,
tampoco mejoró mucho la temporada. Al final conseguí ganar la Copa España y una
carrera en euskaldun. La verdad es que esta temporada no me ha gustado nada,
pero las cosas son como son. Demasiado que tengo un trabajo y que puedo montar
en bici.
¿Cómo se vive el hecho de haber corrido carreras en
categorías inferiores como única fémina y pasar luego a estar en lo más alto
del profesionalismo?
Yo siempre me he comparado con los niños. De hecho, he
corrido un par de carreras de marchas cicloturistas y pedía a los organizadores
que no me incluyeran con las féminas. Por ejemplo, en la última que corrí en
Algeciras me parecía mal, siendo “profesional”, disputarles un pavo a dos
pobres chavalas que vienen con toda la ilusión del mundo. Pedí que me metieran
en la clasificación de los tíos. Me gusta eso de darle caña a los tíos (risas).
Cuando era pequeña era igual.
Empecé con 7 años. En la provincia de Cádiz fui sexta con
niños y niñas. El siguiente año fui tercera y el siguiente año les pegué la paliza
a todos los niños ganando el provincial de niños y niñas. Eso me motivaba. Como
éramos pocas niñas, para mí el objetivo no era ganarles a las niñas sino a los
niños. Ahora igual, si voy a una carrera de master, me gusta darle por saco a
los master, y si hay que esprintar esprinto (risas).
Cuando corrías en cadetes y juveniles, ¿por qué tenía más
predominio la pista que la carretera?
En primer lugar porque en Andalucía se apostaba mucho por la
pista en esos años. Estaba el centro de tecnificación andaluza (CTD). Realmente,
para mí era una oportunidad, íbamos concentrados, entrenábamos juntos y luego
íbamos al campeonato de España. Yo sin embargo, viviendo en Andalucía, siendo
cadete y juvenil, no podía ir a correr fuera de Andalucía porque todas las
carreras eran en el País Vasco. Si salía de Andalucía para correr iba a las
carreras de la Copa de España en Madrid porque era el lugar más cercano.
Sinceramente, estando en tercero de la ESO, cuarto y bachillerato, es decir,
cadete y juvenil, no podía pedirle a mi padre que me llevase a correr fuera. Él
tenía otros tres hijos. Es un gasto económico muy grande. En categorías
superiores como sub 23 si lo solventó y me llevaba a correr. Aún así, no he
corrido la Copa de España hasta sub 23. En juveniles fui a Madrid y a Castellón
porque eran “en verano”. Mi padre siempre me dijo que los estudios eran lo
primero. No podía pedir días en el instituto para ir a correr, ni mi padre
podía pedir días en el trabajo para llevarme. Y en Andalucía no hay carreras.
La pista me gustaba, a lo mejor porque estaba el CTD y apostaban
por eso en ese momento. Si no hubiera existido el CTD a lo mejor la pista ni la
hubiera conocido. Recuerdo entrar en la pista de Chiclana cuando era infantil.
En amateur compaginas pista y carretera casi por igual, ¿por
qué ese cambio gradual de la pista a la carretera con los buenos resultados que
conseguiste en los velódromos?
Siempre he compaginado pista y carretera. En cadetes también
la compaginaba. Gané campeonatos de España en cadetes tanto en pista como en
carretera. La cuestión es que era más velocista cuando era pequeña. Después me
fui dando cuenta de que yo no era velocista pura para hacer pruebas de
velocidad en pista. Me sacaban tres metros de ancho y de alto las velocistas. Fui
decantándome por el fondo, y para eso es necesario hacer más fondo en
carretera.
También se necesita un sitio fijo donde entrenar. En
Andalucía tenemos más pistas que casi en ningún sitio, y sin embargo, es el lugar
donde más inconvenientes te ponen. En Chiclana no se puede entrar en el
velódromo, en Dos Hermanas tienes que rellenar un montón de papeles para que te
dejen entrar y solo puedes entrar de 20h a 23h de la noche. Además, no me gustaba el ambiente que rodeaba a la pista en
la federación española, y la gente que lo rodeaba en ese momento. Siempre me
encontraba fuera de lugar.
¿Cuál es la victoria que recuerdas con más cariño en pista?
Cuando era juvenil fui a los campeonatos de España, tanto de
juveniles como a los de élite, y siendo juvenil gané los campeonatos de España
élite de 500 metros y keirin. Creo que el de keirin fue el que más ilusión me
hizo. Ganarle a las niñas grandes (risas).
Ahora que Fanny Riberot ha salido del equipo Lointek te
conviertes en la única ciclista que ha estado en la formación desde su creación
hasta el día de hoy. ¿Cuál es la relación entre Belén López y el equipo vasco?
Llevo muchos años
considerando el equipo como algo mío. Lo cuido porque sé que necesita que se le
cuide. Si nosotras mismas no lo cuidamos y apostamos por nuestro equipo, mal vamos…Yo
considero el equipo como algo personal. Cuando el año que viene deje la bici me
va a doler mucho dejar al equipo.
¿Dejas la bici?
Tengo el mejor trabajo del mundo en cuanto a periodo vacacional
(profesora) y no puedo disfrutarlo. Tampoco puedo disfrutar de mi vida
personal. Todo está supeditado a la bici. Seguiré montando en bicicleta porque
me encanta. De hecho, una de las cosas que quiero hacer cuando deje la bici es
subir el Kilimanjaro en bici.
¿Cómo ha evolucionado tu rol dentro del equipo en todos
estos años?
Me ficharon casi por casualidad. La temporada 2008 estuve en
Comunidad Valenciana. El equipo decidió no seguir porque se centraban
básicamente en Anna Sanchís que era valenciana, y como Anna en 2009 se fue a
Italia, evidentemente el equipo ya no tenía razón de ser. Me parece completamente
lógico. Entonces me planteé seguir montando en bicicleta como siempre, por
independiente, pero justo contactaron con Agustín Pagola y le preguntaron si
conocía alguna chavala que montara en bicicleta porque querían hacer un equipo
nuevo en País Vasco. Él llamó a mi padre y se lo dijo. Como ya había terminado
la licenciatura en 2007 acepté. Al menos pagaban los gastos de subir a correr.
Dinero que así ahorraba a mi familia. Entré un poco de rebote, pero con el paso
de los años se ha convertido en un equipo bastante familiar y de hecho, mis
mejores amigas están en el equipo.
Lo que piden principalmente es compromiso. Todos conocen las
situaciones de cada una. Por mi parte, demasiado que llevo tres años ganando la
copa España y trabajando. Piden eso, que si tú te comprometes, cumplas. Lo
mínimo que se puede pedir de una persona.
En la Madrid Challenge 2015 pinchó una compañera, le dejaste
tu rueda y abandonaste, ¿podría describirte este gesto como ciclista?
Siempre lo he dicho, somos un equipo y el equipo tiene unos
objetivos. Evidentemente a la Challenge de Madrid yo no iba para ganar. Sé que
si hubiera sido una carrera para mí, en la que se hubiese apostado por mí desde
el principio, alguna compañera también me hubiese dejado la rueda. Es un gesto
de compañerismo, pero realmente ese era mi trabajo. Mi trabajo era proteger a
la sprinter, en este caso Aurore, y llevarla lo más cómoda posible para que al
final de la carrera estuviese fresca y poder disputar el sprint. Ante un
pinchazo lo más normal es que se le cambié la rueda rápidamente, y sabiendo que
nuestro coche estaba el 14 o algo así, era absurdo tener que esperar un par de
minutos y que después se pegase un calentón para entrar de nuevo.
Tu progresión en la Copa de España ha sido espectacular; dos
años vencedora y uno tercera como amateur, y ya como profesional, un año
tercera, tres años segunda y los últimos tres años primera, ¿a qué se debe esta
progresión?
Regularidad, es lo que tiene la vejez (risas). Este año cogí
el liderato en la segunda carrera y gracias al trabajo del equipo siempre hemos
podido estar ahí. Cuando estaba mejor a tope y cuando estaba peor siempre me han arropado. La he ganado yo
porque he estado más regular pero realmente si tengo que dejarle ganar la copa
España a otra compañera se la dejo, sin problemas.
¿Quién te lleva los entrenamientos y la alimentación?
Los entrenamientos me los lleva Eladio Ambite. Es de Madrid
y fue profesional. Me los lleva desde que terminé los estudios en 2008. La
alimentación me la llevo yo. Soy bióloga y más o menos tengo algunas nociones
de nutrición.
Has participado en cinco mundiales, ¿qué ha significado para
ti representar a España?
El primero me hizo muchísima ilusión pero no me fue
demasiado bien. Una compañera, Marta Vilajosana tuvo una caída casi a los 500
metros de salida. Me descolgué un poco para intentar ayudarla pero al final no
lo conseguimos. La verdad es que el hecho de representar a tu país me flipa, y
cuando más me ha flipado fue en los mundiales de Ponferrada. Al anunciar que
era española en la contrarreloj me templaban los brazos. Todo el mundo gritando
tu nombre, diciendo el nombre de tu país… se me pusieron los bellos de
punta.
En 2013 consigues tu mejor clasificación en el ranking UCI
(99), ¿cuál fue el motivo, tu estado físico, la mayor participación del Lointek
en carreras en el extranjero, o una combinación de ambas?
El motivo fue que me quedé en el paro (risas). Los recortes
en educación me permitieron ese año dedicarme a la bici. De hecho, el año me
fue muy bien hasta que llegaron los mundiales que es cuando tuve que volver a
trabajar. Me dediqué de lleno a la bicicleta. En 2010 tampoco estaba trabajando,
pero en 2013 ya había madurado, me dediqué a investigar temas de entrenamiento
y pulir mucho más la preparación con mi entrenador. Ese año aprendí muchísimo.
¿Qué recuerdos tienes de la Vuelta a Costa Rica de aquel año?
Me encantó. Me gustó mucho el país. La etapa en la que hice
segunda me mató. Inga Cilvinaiti puso plato grande y me sprintó (risas), pero
la verdad es que la vuelta a Costa Rica me gustó mucho. Ojala puede volver este
año.
¿Para cuándo un oro en los Campeonatos de España, ya sea en
ruta o en crono?
¡Eso quisiera saber yo! Si no es este año, ya no será nunca.
No se sabe nada del recorrido. El año pasado no se supo hasta un mes antes o
así. Este año estoy rezando para poder ir. La contrarreloj es el viernes 24 de
junio y la de línea sábado 25. Las oposiciones son el último fin de semana de
junio, es decir, el mismo fin de semana que los campeonatos de España. No sé si
podré conseguir algún documento oficial para no asistir a la presentación el
viernes 24, y en ese caso poder ir a los
campeonatos de España y hacer el examen el domingo 26. Dependiendo de eso podré
ir a los campeonatos o no.
También has probado en BBT, ¿qué tal en esa disciplina?
Probé en Noruega porque mi novio estaba por allí. Estuve entrenando
con bici de carretera y me acerqué a una tienda de bicis para preguntar si
había algún club que saliera a entrenar. En un país que no conoces de nada, con
carreteras distintas a las de aquí, salía a entrenar sola e intentaba alejarme
lo mínimo posible del pueblo donde estaba. Eso era bastante aburrido. Justo ese
fin de semana había una carrera muy prestigiosa de mountain bike a unos 100
kilómetros de allí, me preguntaron si yo quería correrla y les dije que no tenía
bicicleta de montaña. La persona de la tienda me dejó una bici de montaña que
era un pepino. Tuve que cambiarle los pedales y corrí la carrera con zapatillas
de carretera. Gané la carrera y batí el record de la carrera en 20 minutos. El
organizador de la carrera quedó maravillado y al año siguiente me volvieron a
invitar, me pagaron el alojamiento tanto a mí como a mi novio. El primer año
que gané me premiaron con un crucero y una tarjeta regalo valorada en 800 euros
en Intersport. Al año siguiente me dieron otro crucero y 1.500 euros.
La diferencia con España es muy grande. Aquí tienes que
pagar 20 euros de inscripción para que te den como mucho un jamón. Me sale más
rentable quedarme en mi casa, hacer mi entrenamiento y el jamón me lo compro
yo. Siempre puedes caerte y fastidiar la temporada de carretera por una
tontería. Por 1.500 euros si se arriesga una, pero por un jamón no (risas).
¿Cómo se compagina el trabajo de profesora de biología con
la profesión de ciclista?
Muy complicado. En pretemporada, dependiendo de cómo esté la
guardia, puedo comer a las 12:30 y a las 14:45 salir en bici, ir al gimnasio y
después volver a entrenar. Llego a casa a las 20h, corrijo lo que tenga que
corregir, ceno y a dormir.
Se pasa mucho tiempo de pie. Soy la típica profesora que no
puede estar sentada. Estoy demasiado tiempo de pie para ser ciclista.
¿Qué valores te ha transmitido el ciclismo que ahora tú los
transmites a tus alumnas/os?
Esfuerzo. Eso es lo que siempre les digo. En la vida, todo
es posible conseguirlo siempre y cuando te lo propongas. Las cosas no vienen
del cielo.
Si no fueras profesora en España y hubieras tenido libertad,
¿en qué país te hubiera gustado ser ciclista?
Supongo que Italia, donde se va todo el mundo. Allí está el
ciclismo mundial, por lo menos el femenino, y es donde hay más equipos. En
Italia y en el norte de Francia se nota mucho la afición al ciclismo, pero
donde más se nota el ambiente ciclista es en Bélgica. Aquello es una pasada. El
primer año que corrí Flecha Valona (2006) no era normal. Yo estaba en el
segundo grupo y vi cómo estaba la gente en el muro de Huy. A pie de muro tiré
los dos bidones y las barritas que me quedaban para subir a tope y hacer primera
del grupo en el puesto 42. Todo por la emoción que me transmitieron las
personas que estaban allí. Yo me decía, “esta gente está aquí esperando a los
profesionales (hombres) y en la espera están viéndonos a nosotras y están
aplaudiendo…que mínimo que morirme aquí subiendo”.
En un vídeo para la Real Federación Española de Ciclismo decías
que en 2016 pararías de trabajar para intentar estar en los Juegos Olímpicos,
¿sigue en pie esta idea?
Tenía pensado dejar de trabajar el 1 de enero. En la
Conserjería de Educación, me dijeron que podía pedirme como máximo seis meses
de permiso sin remuneración como interina. Estuve hablando con el consejero de
deportes de la Junta de Andalucía, durante una entrega de premios en Dos
Hermanas, y le comenté lo que quería. Me dijo que tenían sobre la mesa una
especie de acuerdo para que a todos los trabajadores de la Junta que tenían
posibilidades de ir a los Juegos Olímpicos tuvieran una especie de permiso con
algo de remuneración a seis meses vista de los Juegos. A partir de febrero. Voy
a intentar acogerme a eso, lo que más miedo me da es “lo tenemos encima de la
mesa” No sé si se le habrá traspapelado (risas). Si no sale la cosa me iría
igualmente. Es la última oportunidad que tengo.
¿De qué va a depender tu participación en los juegos?
En primer lugar depende de la clasificación de la selección
española. Las ciclistas españolas cogemos puntos para el ranking individual. Esos
mismos puntos se acumulan para el equipo al que perteneces y también para tu país. El 31 de mayo, si no
me equivoco, se cierran las puntuaciones y dependiendo del ranking de países hay
un ratio de corredoras que pueden ir. A día de hoy (la entrevista se realizó en
enero, previo al Tour de San Luis), la selección española de ciclismo tiene
puntos para llevar a dos. Hay una serie de carreras que tiene la selección
española en mente para coger puntos y en función de cómo estén las corredoras,
el señor seleccionador elegirá a las dos, o como máximo tres, que puedan
representar a España. En este caso depende de lo que el seleccionador considere
oportuno.
En el campeonato de España es donde nos juntamos todas las
corredoras a nivel profesional, un buen sitio para presentar las credenciales
de cara a los juegos olímpicos. Si no puedo ir es muy difícil que pueda ir a
Brasil.
¿Te viene bien el recorrido?
El recorrido de Brasil es para medio escaladoras así que
supongo que si me preparo bien me puede venir medianamente bien.
¿Puedes adelantarnos tu calendario?
Mi calendario a grandes rasgos es el siguiente (invitaciones
por confirmar): Copa de España, Trofeo Euskaldun, un par en Bélgica, después la
Drenthe que pertenece al World Tour, otra carrera por Holanda, iríamos también
a Cholet, Gante, Flandes y Flecha Valona por confirmar, Dauphiné y Bira que la
han cambiado a abril y es una carrera muy importante para el equipo. Es la
Vuelta al País Vasco femenino y es de las carreras internacionales más
importantes que tenemos. Tengo buen recuerdo de la Bira en 2013. Habría que ver
también el planning que tiene la federación española con la selección, muy
cargado (risas).
¿Piensas que si hubieras seguido en pista quizás hubiera
sido más fácil una participación en unos Juegos Olímpicos?
El problema es que en pista, para clasificarte en los Juegos
Olímpicos, tienes que ir a correr ciertas copas del mundo. De hecho, aunque no
estoy segura, España perdió plaza un año en los Juegos porque no pudo ir a una
copa que hubo en Australia o Nueva Zelanda. La pista implica mucha movilidad,
China, Nueza Zelanda, Sudamerica, etc… Tienes que ganarte la plaza yendo a ese
tipo de carreras. ¿Qué sea más fácil o más difícil? Yo considero que ir a unos Juegos
Olímpicos siempre es difícil. Ahí está el caso de Leire Olaberria que hizo
tercera en Pekín y la tía se lo curró. Unos Juegos Olímpicos no te los regalan
y mucho menos en ciclismo. Si no vas a esas carreras no coges el nivel y no te
clasificas. La pista es muy técnica y para coger nivel tienes que correr mucho
en pista. Por ejemplo, puntuación hay que saber correrla. La puntuación no es
tan fácil, se practica corriendo puntuaciones. Si no puedes correr porque en
España no hay carreras de féminas lo que te queda es correr con chavales y
tener que salir fuera. En España hubo una copa de España de pista, que por
cierto la gané yo (risas) y desapareció. Ahora se están haciendo más cosas con
la pista pero la verdad es que si no se promueve…De todas formas, la pista ha
dado muy buenos resultados para lo poco que se invierte en ella.
¿Qué le has pedido a este nuevo año 2016?
Te lo voy a explicar con estadística. Tienes dos sucesos.
Los representamos con dos círculos. El primer círculo es ir a los Juegos
Olímpicos y el segundo círculo es sacar la plaza de profe. La conjunción de
ambos círculos, que viene siendo el suceso conjunto, donde se unen, es mi
objetivo. Supondría ponerme una estatua a mi misma en mi casa y venerarme todos
los días (risas). Cumpliendo uno de los dos estaré contenta, pero si me das a
elegir, evidentemente elijo ir a los Juegos Olímpicos. La oportunidad de la
oposición la volveré a tener en algún momento de mi vida y aunque no apruebe la
oposición, aunque no saque plaza, seguiré trabajando de interina. Entre
comillas, tengo el trabajo asegurado. La oportunidad de ir a los Juegos Olímpicos
no la voy a volver a tener en mi vida.
Acabamos la conversación, proponemos encontrarnos por
nuestra tierra y compartir una charla sin teléfono de por medio. A nuestra
manera, ambos trabajamos en la carretera, y coincidir será un poco complicado
por el momento, quizás después de su participación en los Juegos Olímpicos…
Copa España 2015 - La Rioja
A mi si que me ponen los BELLOS!?!?! de punta al verlo escrito asi...
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